jueves, 28 de abril de 2011

Verano azul y Buda

Bodh Gaya, martes 26 de abril de 2011
Nos levantamos algo perezosos, en el hotel nos dejan unas bicis para poder movernos por allí. Es algo peligroso circular por allí, no es como Calcuta, pero su temeridad es parecida y si a eso le añadimos el hecho de circular por la izquierda, demos gracias por estar vivos y no haber sido víctimas de un atropello.
Bodh Gaya es muy tranquilo y está repleto de niños que corren despavoridos hacia nosotros en cuanto nos ven. La gente que está trabajando en sus casas o en el campo nos saludan a lo lejos con un namaste y una sonrisa, como si nosotros le diésemos vida a la ciudad. Durante nuestro paseo visitamos templos budistas espectaculares, lugares que se escapan de mi imaginación. Templos enormes, con enormes estatuas, con paredes repletas de detalles, todo muy colorido y dónde se respira una paz indescriptible.
Al regresar del tour “verano azul”, comemos y el cansancio puede con algunos de nosotros. Hacemos una buena siesta. Despertamos a las 19h, está muy oscuro, decidimos ir a la aventura con las bicis en busca de un locutorio, sin contar con que la carretera está oscura, que el terreno es muy irregular y que las bicis no tienen luces. Perdemos un poco los nervios en el locutorio y ver correos de gente querida nos pone un poco melancólicos. Decidimos volver al hotel con la bici en mano, recordando momentos del pasado y poniendo en común sensaciones percibidas y sentimientos que van surgiendo y resurgiendo durante esta locura de viaje.
En la azotea del hotel nos acribillan los mosquitos mientras con un té en la mano hablamos con un fotógrafo inglés.
Antes de ir a dormir nos ponemos a ver algunas fotos del viaje, parece mentira que hayan pasado tantas cosas, aún no las hemos asimilado. A veces parece que llevemos un mes aquí y a veces parece que no hayamos vivido casi nada en este país. Espero que al llegar a Barcelona, no me olvide de todo lo vivido aquí, porque hemos pasado momentos que nos han hecho crecer, situaciones al límite que nos han hecho estallar, situaciones que hemos sabido controlar y otras que aún nos quedan por vivir.

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