jueves, 28 de abril de 2011

Es lo que tienen los trenes…

Varanasi, sábado 23 de abril de 2011
…Paramos en una estación. Me levanto y le pregunto a nuestro vecino indio cuánto falta para Varanasi, me dice que 25 minutos, que es la siguiente parada. Pero la espera en esa estación se hace eterna, nuestro compañero indio se entera de que ha habido un accidente de trenes a escasos km de la estación. Más tarde salimos a preguntar con Frai y nos comentan que una persona ha sido arrollada por un tren mientras cruzaba las vías y que tardarían bastante en volver a poner en marcha el tren. Mientra, López y Santi llaman a Pintu, amigo de Raj, éste nos pone en contacto con el guía que tendremos en Varanasi y éste decide venirnos a buscar en motor-ride. Mientras lo esperamos, las miradas de la gente de la estación se clavan en nosotros.
El indio es muy curioso y más cuando hay extranjeros de por medio. También trata de ganar rupees como sea, aunque tenga que acosar a unos pobres turistas como nosotros.
Para encontrarnos con el guía nos pateamos varias veces la estación (que no es pequeña) hasta que damos con él. Al salir de la estación se produce la siguiente situación: cual manada de tigres atacando a gacelas…Una treintena de motor-riders nos rodean. Hasta se ponen agresivos entre ellos. Tenemos que optar por elegir dos motor-ride a dedo, con los consiguientes enfados de los no elegidos.
El camino hasta Varanasi es, con perdón por la palabra, “acojonante”, la carretera da miedo y el calor y el tráfico nos desgastan. En Varanasi bajamos del motor-ride y cogemos un bici-ride para ir hasta el hotel.
Raj, que así se llama el guía de Varanasi, es un chico de unos 26 años, casado y con una hija. Es un brahmino, pero no ha estudiado para sacerdote y se dedica a vender telas en una tienda. Es vegetariano a más no poder, tanto que ni siquiera soporta que los demás coman carne, toma constantemente tabaco de mascar que envuelve en una hoja de árbol y le encanta beber alcohol en soledad.
Por la tarde visitamos varios templos de Siva y aprendemos que templo que no sabes de quién es, es de Siva. Y para finalizar el día, vamos a ver el Ganges, los crematorios y la ceremonia del atardecer. Al Ganges acuden todos los hindús de la India para quemar los cuerpos de sus familiares, para ello muchos tienen que viajar en tren hasta Varanasi con el cuerpo de su familiar a cuestas, como si de un equipaje más se tratara.
Raj nos cuenta que a los hombres los envuelven en una sábana blanca y a las mujeres en una roja para quemarlos y que se usa un tipo de madera que solo se encuentra en el sur de la India. No se quema a todo el mundo, a mujeres embarazadas, niños y sacerdotes se los tira al Ganges encima de una piedra.

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